Gestión Emocional
Aprender a gestionar las emociones implica que primero tenemos que aprender a identificarlas (cuáles son, para qué sirven y cómo funcionan) de ese modo se podrá aprender a gestionarlas y a entrenar la inteligencia emocional.
Depresión
Los síntomas depresivos son el producto de una tristeza persistente y cronificada que se ha ido instalando poco a poco en nosotros. Es importante tener el apoyo de un profesional en esos momentos y poder orientarlo a su recuperación desde la raíz del problema.
Ansiedad
La ansiedad es una emoción sumamente desagradable y presente en la actualidad. Identificar las situaciones que disparan la ansiedad, qué síntomas físicos implica y cómo orientarlo hacia la relajación supone el primer paso para aliviar el sufrimiento que genera.
Estrés
El estrés marca nuestra vida diaria tanto en el trabajo como en nuestras relaciones interpersonales. Se puede manifestar como: falta de concentración, problemas de sueño, problemas para dedicar tiempo a la familia o amigos… Por ello, cuando estamos afrontando una situación de alto estrés conviene tener el apoyo de un profesional que nos ayude a vivir la situación de la mejor forma posible.
Problemas en las relaciones interpersonales
Los problemas con la familia, amistades y pareja son parte de lo que implica tener un vínculo afectivo con los demás. Sin embargo, ¿qué puedo hacer cuando me da miedo abrirme?, ¿cuándo me paraliza el miedo a saber qué estarán pensando de mí?, ¿y si mi pareja me está engañando o mi familia no me entiende?… Estas y otras cuestiones implican problemas previos en nuestras interacciones que forman parte de nosotros y que se pueden trabajar en terapia. Es un esfuerzo cuya ganancia implica forjar relaciones más sólidas, desde la seguridad personal, pudiéndonos mostrar tal y como somos.
Trabajo sobre la identidad
El crecimiento personal parte de un trabajo sobre nuestra propia identidad. Venir a terapia puede ser como enfrentarse a un espejo en el que nos puede dar miedo lo que veamos. Parte del equilibrio viene de conocer tanto nuestras fortalezas como nuestros puntos más vulnerables, por ello, este tipo de terapia va destinada al autoconomiento personal, la introspección y la revisión de nuestras memorias.
Acompañamiento en el duelo
El duelo implica una pérdida que puede ser la muerte de un ser querido, una ruptura sentimental, un empleo, etc. Cuando nos enfrentamos a una situación de duelo es fundamental tener un apoyo psicológico que ayude, por un lado, a tener un espacio propio donde expresar nuestro dolor como, por otro lado, guiarnos en el camino que implica despedirse de alguien o algo que amábamos para poder continuar nuestra vida.
Sexualidad
Vivir plenamente nuestra vida implica poder trabajar sobre nuestra propia sexualidad, entendiéndola como un mundo afectivo que abarca la intimidad, el amor, la ternura, el cariño, el deseo y el placer tanto con nosotros mismo como con un tercero. Poder trabajar esta área forma parte de nuestro cuidado personal e identidad siendo posible trabajarlo en terapia al igual que cualquier problemática que pueda surgir.
Gestión Emocional
Aprender a gestionar las emociones implica que primero tenemos que aprender a identificarlas (cuáles son, para qué sirven y cómo funcionan) de ese modo se podrá aprender a gestionarlas y a entrenar la inteligencia emocional.
Depresión
Los síntomas depresivos son el producto de una tristeza persistente y cronificada que se ha ido instalando poco a poco en nosotros. Es importante tener el apoyo de un profesional en esos momentos y poder orientarlo a su recuperación desde la raíz del problema.
Ansiedad
La ansiedad es una emoción sumamente desagradable y presente en la actualidad. Identificar las situaciones que disparan la ansiedad, qué síntomas físicos implica y cómo orientarlo hacia la relajación supone el primer paso para aliviar el sufrimiento que genera.
Estrés
El estrés marca nuestra vida diaria tanto en el trabajo como en nuestras relaciones interpersonales. Se puede manifestar como: falta de concentración, problemas de sueño, problemas para dedicar tiempo a la familia o amigos… Por ello, cuando estamos afrontando una situación de alto estrés conviene tener el apoyo de un profesional que nos ayude a vivir la situación de la mejor forma posible.
Problemas en las relaciones interpersonales
Los problemas con la familia, amistades y pareja son parte de lo que implica tener un vínculo afectivo con los demás. Sin embargo, ¿qué puedo hacer cuando me da miedo abrirme?, ¿cuándo me paraliza el miedo a saber qué estarán pensando de mí?, ¿y si mi pareja me está engañando o mi familia no me entiende?… Estas y otras cuestiones implican problemas previos en nuestras interacciones que forman parte de nosotros y que se pueden trabajar en terapia. Es un esfuerzo cuya ganancia implica forjar relaciones más sólidas, desde la seguridad personal, pudiéndonos mostrar tal y como somos.
Trabajo sobre la identidad
El crecimiento personal parte de un trabajo sobre nuestra propia identidad. Venir a terapia puede ser como enfrentarse a un espejo en el que nos puede dar miedo lo que veamos. Parte del equilibrio viene de conocer tanto nuestras fortalezas como nuestros puntos más vulnerables, por ello, este tipo de terapia va destinada al autoconomiento personal, la introspección y la revisión de nuestras memorias.
Acompañamiento en el duelo
El duelo implica una pérdida que puede ser la muerte de un ser querido, una ruptura sentimental, un empleo, etc. Cuando nos enfrentamos a una situación de duelo es fundamental tener un apoyo psicológico que ayude, por un lado, a tener un espacio propio donde expresar nuestro dolor como, por otro lado, guiarnos en el camino que implica despedirse de alguien o algo que amábamos para poder continuar nuestra vida.
Sexualidad
Vivir plenamente nuestra vida implica poder trabajar sobre nuestra propia sexualidad, entendiéndola como un mundo afectivo que abarca la intimidad, el amor, la ternura, el cariño, el deseo y el placer tanto con nosotros mismo como con un tercero. Poder trabajar esta área forma parte de nuestro cuidado personal e identidad siendo posible trabajarlo en terapia al igual que cualquier problemática que pueda surgir.