Uno de los motivos más demandados en consulta es: “quiero mejorar mi autoestima”, “quiero conseguir amor propio”…
Durante mi recorrido profesional el camino para mí es claro: no podemos aprender a querernos sino nos conocemos a nosotros mismos. Lo que significa que antes de hablar de la AUTOESTIMA, es decir, la ESTIMA que yo me tengo a mí mismo/a, debemos hablar del AUTOCONCEPTO, de lo que YO pienso acerca de mí mismo.
MIEDO AL ESPEJO
Hay personas a las que esto les da ¡terror! Y no me extraña, porque no es fácil ponerse frente a ese espejo y ver que nos devuelve. Algunos de los miedos que se nos presentan son: “¿y si no me gusta lo que hay?”, “¿y si me doy cuenta de qué no valgo?”, “¿y si no veo nada?”, etc. Al fin y al cabo, “¿y sí…?” interminables que suponen que nos centremos en otras preocupaciones que, o bien sean más sencillas de sobrellevar, o nos distraen de pensar en lo que realmente nos conmueve.
Es normal sentir que este camino no se puede hacer sólo y, por supuesto, “nadie puede mirarse de espaldas” necesitamos en ocasiones la perspectiva de un profesional para poder realizar esta transición. No obstante, aunque no sea sencillo, tengo claro que es la única forma de poder empezar a amarnos y lo tengo comprobado en mi trabajo en consulta porque, si no sabes quién eres, ¿a quién se supone que vas a estimar?
PRIMER PASO
Cuando alguno de mis pacientes ha llegado a ese momento de amor propio integral, es decir, de su YO: FÍSICO, EMOCIONAL y SOCIAL ¡es tan satisfactorio!
Así que lo que puedo decir es que reflexiones un momento y, en ese camino para quererte a ti mismo, pares un momento y te digas: ¿sé quién soy?
«Mi propio conocimiento es el único y el máximo tesoro que poseo. Cierto que es infinitamente pequeño y frágil ante el poder de las tinieblas, pero una luz al fin y al cabo. Mi propia luz».
Carl Jung